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CÓRDOBA Y BEAS DE SEGURA 2

CÓRDOBA Y BEAS DE SEGURA 2

EL OTRO GRAN PUNTO DE CONTACTO OCURRIÓ SIGLOS DESPUÉS DE LA TOMA DE BEAS Y CÓRDOBA, EN EL XVI. DOS REFORMADORES DE LA ORDEN CARMELITA, ESCRITORES Y, LUEGO, SANTOS PASARON PRIMERO POR BEAS Y DESPUÉS POR CÓRDOBA. CURIOSAMENTE, HUBO ALGÚN OTRO CONTACTO, COMO SE PUEDE LEER EN EL PRIMERO DE LOS TEXTOS QUE TRANSCRIBO A CONTINUACIÓN.

RESPECTO AL PASO DE SANTA TERESA Y SAN JUAN POR BEAS, EN ARTÍCULOS ANTERIORES SOBRE LA HISTORIA DE BEAS, EN ESTE MISMO BLOG, SE HA DADO YA BASTANTE INFORMACIÓN, AHORA VEAMOS LO QUE SE CUENTA EN EL LIBRO DE MIGUEL ÁNGEL ORTI BELMONTE TITULADO “CÓRDOBA MONUMENTAL ARTÍSTICA E HISTÓRICA”, pg. 392...

 

"EL CONVENTO DE SANTA ANA

Es el convento de Santa Ana, relicario que guarda el misti­cismo del más místico y de uno de los más santos de nuestros santos: San Juan de la Cruz.

Muerta Santa Teresa en 1582, el continuador de la reforma de la descalsez, fue San Juan de la Cruz, que funda el de las re­ligiosas de Granada, Málaga, Sabiote, Córdoba y Madrid, du­rante su vicariato.

El Deán de Córdoba, don Luis de Córdoba y su Coadjutor y hermano don Fadrique, solicitaron que se fundase en Córdoba un convento de Carmelitas descalzas. Apoyó la petición el obispo don Francisco Pacheco y dio para ello una ermita que habia ba­jo la advocación de Santa Ana y contigua a unas casas del mar­qués del Carpio, quien las cedió y luego las vendió, reservándo­se la propiedad de un venero de agua de donde partía una con­ducción a la casa de los Páez y a su casa solariega de la calle de las Cabezas. En 1589 tomaba posesión de las casas del marqués y el 6 de julio el obispo Pacheco llevó solemnemente el Santísi­mo Sacramento en procesión a la ermita de Santa Ana, que sir­vió de iglesia hasta que se edificó la actual. Las monjas que ha­bían venido a la fundación eran María de Jesús, de la que San­ta Teresa habla en su Libro de Fundaciones y que fue la prime­ra priora; Leonor de San Gabriel, que profesó en Malagón. La Santa la llevó a Sevilla, donde fue su enfermera y a la que pro­fesó gran cariño. Vino a Córdoba con el cargo de Sub-priora y luego volvió a Sevilla. Magdalena del Espíritu Santo, natural de Belmonte, procedía del convento de Béas. Fue muy santa y nos ha dejado noticias interesantes acerca de la vida y escritos de San Juan de la Cruz. Estas madres, con Bernardina de San Fran­cisco y María de San Pablo, del convento de Béas, María de la Visitación y Juana de San Gabriel, fueron las siete monjas fun­dadoras del convento de Santa Ana."

EN OTRO LUGAR DEL MISMO LIBRO:

 

"EL CONVENTO DE SAN JOSÉ, VULGARMENTE CONOCIDO POR EL DE SAN CAYETANO, DE LOS PADRES CARMELITAS DESCALZOS

Al final de la cuesta llamada de San Cayetano, se levanta la iglesia y convento de San José, de los Carmelitas Descalzos. Te­nía la Orden un convento en la calle del Buen Pastor, fundado por San Juan de la Cruz, bajo la advocación de San Roque. Surgieron divergencias en la Orden por el lugar del emplaza­miento en la ciudad, y triunfó el propósito de buscar para el convento un lugar solitario, lejos del mundanal ruido, que tu­viera huerta, lugar para la oración y meditación con la sierra en lontananza. En 1613 solicitaron del Municipio terreno en el ejido de la ciudad, cerca de la puerta de Colodro, que era en­tonces un lugar casi despoblado.

El Concejo, presidido por el Corregidor don Juan de Guzmán, caballero de la Orden de Santiago, les concedió el sitio ele­gido. Rápidamente empezaron los trabajos; compraron el 21 de octubre de 1613 una casa en 80 ducados y otras tres en 180, 245 y 400 ducados, respectivamente, las cuales habilitaron como al­bergue provisional, pues el día de San José de 1614 se hizo el traslado del convento de San Roque al que se iba a construir bajo la advocación de San José. Ya tenía la Orden huerta y te­rreno para el nuevo convento. Vivía entonces en Córdoba una señora muy caritativa y religiosa, Doña Beatriz de Haro y Portocarrero, de la ilustre casa de los Méndez de Sotomayor, seño­res del Carpio; era viuda de don Pedro Venegas, señor de Luque. Sin hijos y rica, su religiosidad y cariño por los Carme­litas Descalzos le hizo levantar el convento de San Juan Bau­tista, llamado el Desierto, en la Alhondiguilla, en Santa María de Trassierra. Por insalubre lo abandonaron los Padres Descal­zos. El Prelado nombró Patrona del nuevo convento de San Jo­sé a Doña Beatriz, trasladando al mismo los aniversarios, me­morias y obras pías; Doña Beatriz fundó otros nuevos aniver­sarios y censos sobre fincas y heredades de su propiedad. Murió esta señora en 1618; en su testamento dispuso que sus ar­mas se pusieran en sitio visible y nombraba patrono, por no te­ner hijos, al segundón de su casa, don García de Haro, que fue luego conde de Castrillo; y si éste moría sin sucesión, pasaría el patronato a la casa del Carpio.

Las obras del nuevo convento empezaron y duraron hasta el 1656. En 1647, bajo el gobierno del Prior Pedro de la Epifa­nía, se habían terminado los muros de la iglesia, la capilla ma­yor y la bóveda. El día de Santa Teresa del 1656, tuvieron lu­gar los solemnes actos religiosos de la bendición del nuevo tem­plo y convento."

 

 

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